Zoé, Enoc y Axel son niños con problemas de audición y lenguaje, pero se desarrollan normalmente en un centro educativo del sector público: juegan, saltan, ríen y son muy curiosos. Ellos son alumnos de segundo grado de la sección B, del Complejo Educativo Walter Soundy de Santa Tecla, en el departamento de La Libertad.
A pesar de sus limitantes, tienen muchos sueños y deseos de superación. Para ellos fue difícil llegar a la escuela y no poderse comunicar con sus compañeros; hay una barrera que poco a poco se va derribando entre la comunidad sorda y la comunidad oyente. El complejo educativo es inclusivo, los estudiantes van a clases con niños y niñas del sistema regular, pero reciben el apoyo de la maestra Sofía Sánchez, quien es experta en Educación Especial.
Un niño o niña con problemas de audición se siente como cuando una persona va de turista a Rusia o a China, quienes usan un lenguaje desconocido para ellos ( ) los alumnos no entienden lo que hablan los demás, pero sí tienen la capacidad de aprender y comunicarse, dice la maestra Sánchez.
Los estudiantes han demostrado mucha capacidad en su desempeño: Axel José Oliva participó, recientemente, en la oración a la bandera con la lengua de señas. Enoc Esaú Girón es muy hábil al identificar objetos y animales. Mientras tanto, Zoé Valentina Cruz Alvarado está siempre atenta en la clase, levanta la mano, pregunta y responde con la habilidad de sus dedos, que han aprendido de la Lengua de Señas Salvadoreña (LESSA).
Ellos tienen una aliada especial para comunicarse con los otros compañeros: Fernanda Isabella Cruz López, quien aprendió la lengua de señas de forma empírica; ella es la ventana al mundo oyente, el puente para comunicarse con los compañeros o para apoyar a la maestra Clarita. Fernanda es una alumna hiperactiva, inteligente y solidaria, no dudó en apoyar a sus compañeros y se comunica con señas para resolver problemas cotidianos en su centro de estudio.
Me siento feliz al comunicarme con ellos, estoy aprendiendo su lenguaje (…) yo les digo a mis compañeros que ellos buscan integrase a los juegos en recreo, son estudiantes normales. Además, le ayudo a explicar las tareas que nos dejan y ser intérprete entre la maestra y ellos, es lo más bonito que me ha pasado, dice Fernanda.
Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), los niños, niñas y adolescentes con discapacidad deben ser incluidos en los objetivos, metas e indicadores de programas para el desarrollo. Es así como el Ministerio de Educación (MINED), a través de Educación Inclusiva, toma en cuenta a los alumnos con diversos problemas de discapacidad, y son incluidos en el sistema regular en distintos centros educativos.
La especialista Sofía Sánchez hizo un llamado importante: La sociedad debe abrir oportunidades para este sector, la educación para los niños (con problemas de audición o lenguaje) debe ser permanente, para que sueñen en grande, que vayan a la universidad y se desarrollen en una profesión.